Tempranillo

El vino Tempranillo, debe su nombre a la cepa con que se elabora. Es una de las variedades tintas consentidas
de España, por ser la más cultivada y es una de las primeras en madurar, de allí que su denominación provenga
del diminutivo de “temprana”.
La cepa Tempranillo es originaria de España, como hibrido de otras dos variedades: la Albillo Mayor (o Turruntés
en La Rioja, España) y la Benedicto. Muy probablemente, en la zona del Valle del Ebro, que es donde se
encuentra enclavada la DO Rioja que la ha hecho emblemática en todo el mundo. Las primeras plantas habrían
llegado a la Argentina en el siglo XVII y hubo una posterior expansión durante el siglo XIX, cuando la filoxera
llegó más tarde a España que en otros países.
Los vinos Tempranillo son producidos con 90% de la uva del mismo nombre, de allí nace su peculiar sabor.
Se le considera una bebida de cuerpo medio con una graduación alcohólica baja, factor que lo incluye en la
familia de vinos con acidez media. Resultando ser por esta razón excepcionales acompañantes para
prácticamente cualquier tipo de comida.

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Tempranillo en Argentina


En el mundo hay 231.000 hectáreas de Tempranillo, de las cuales el 88% se encuentran en España. El
resto derrama su encanto en los viñedos de Portugal, Australia, Sudáfrica, Estados Unidos y la Argentina,
entre otros países.
“El Tempranillo fue introducido en Argentina a mediados del siglo XIX y tuvo una enorme expansión. Fue
una de las variedades históricamente más plantadas debido a su productividad natural. Sin embargo,
cuando en la década de 1990 el país se comprometió con la búsqueda de vinos de calidad no fue tenida
en cuenta, quizás por estar asociada en la mente de los productores a los rendimientos cualitativamente
menores.
Según el Instituto Nacional de Vitivinicultura, en 2019 el Tempranillo en Argentina contaba con 5.562
hectáreas para su producción, distribuidas principalmente en Mendoza (5295) y en menor medida en San
Juan (169), La Rioja (52), Catamarca (19) Río Negro (11) y Salta (9), más otras 7 repartidas en viñedos
menores.
En el mercado local, hace décadas estaba instalado el prejuicio que asociaba a esta uva con vinos “duros” y
poco amables con el paladar. Pero los tiempos cambiaron. Y el estilo de elaboración también.


Características enológica


Los vinos de sangiovese tienden a exhibir la acidez natural de la uva así como un nivel moderado de taninos y
un

El Tempranillo, cuando es joven, resulta lleno de fruta roja y suave al paladar, pasando por exponentes de
cuerpo medio y notas a especias dulces cuando son criados en madera. Pero como gracias a la reputación de
los grandes Rioja y Ribera del Duero se convirtió en una uva de elite, es común que se la destine a vinos de
reserva y guarda, de modo que también podemos encontrarnos con tintos intensos, de buena concentración y
óptima capacidad de envejecimiento.


Maridaje


El vino tinto tempranillo es ideal para acompañar platos de pastas, carnes asadas, pescados, guisos,
embutidos y quesos, especialmente quesos suaves.