Bonarda

La bonarda es una uva de vino tinto italiana que ha crecido históricamente en la región francesa de
Saboya, al noroeste de Italia, pero que hoy es más abundante en Argentina. La primera mención de esta
uva data de cuando los etruscos la plantaron por primera vez hace 3000 años en la región de Padania. A
comienzos del siglo XIX y a finales de ese mismo siglo fue la uva tinta más ampliamente plantada en el
este de Francia, país donde es conocida como douce noir.
La uva es conocida en California como charbono. En California, esta vid se produce en cantidades muy
limitadas, siendo considerada un «vino de culto» por la escasez y la devoción de sus conocedores. En
cualquier caso, los agricultores como Jim Summers, de la bodega Summers Estate del valle de Napa,
describen a la variedad como «el Rodney Dagerfield del vino» y apuntan a que es una variedad difícil de
vender.
Algunos de los primeros sinónimos han sido douce noir, plant de Turín y Turín, lo que ha sugerido que la
uva se originase en la región vinícola de Piamonte de Italia. El nombre francés douce noir significa «dulce
negro» en español y es similar al nombre de una uva piamontesa, la dolcetto nero, lo que sugiere que la
uva tuvo su origen allí. Esta hipótesis, así como cualquier relación con la dolcetto, pudo ser desechada en
el siglo XXI con los análisis de ADN, y hoy los ampelógrafos creen que la uva puede ser originaria de
Saboya.
En Saboya, la primera mención de la vairedad data de una carta escrita el 24 de noviembre de 1803 por el
alcalde de Saint-Pierre-d’Albigny al prefecto de Saboya describiendo las variedades de uvas que crecían
en su comuna. Otro documento muestra que la douce noir fue también ampliamente plantada en las
comunas de Arbin y Montmélian y que a finales del siglo XIX era la uva tinta más ampliamente plantada de
Saboya.
La douce noir se ha encontrado también fuera de Saboya, sobre todo en el Jura, donde la uva fue
conocida como corbeau, que significa «cuervo», lo que puede ser una referencia al color casi negro del vino
que la douce noir puede producir.
Aunque las plantaciones de bonarda en Europa lindan con Italia y Francia, las investigaciones del ADN de
variedades de uva en otras regiones vinícolas han revelado que esta uva está más extendida de lo que
originalmente se creía.
En el año 2000, el análisis de ADN reveló que la uva llamada turca que crece en la región vinícola del
Véneto desde principios del siglo XXI era realmente la bonarda. Esto llegó después del descubrimiento de
que la uva de vino charbono de California, introducida en el valle de Napa como si fuera barbera por
inmigrantes italianos a comienzos del siglo XIX, era también la bonarda. Investigaciones recientes
confirmaron en 2008 que la bonarda argentina era la douce noir de Saboya. Es la segunda uva tinta más
plantada en Argentina, después del malbec.

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Bonarda en Argentina


Hoy la bonarda se encuentra más a menudo en el Nuevo Mundo, en California y Argentina. En 2007 había
solamente 2 hectáreas productivas de bonarda, la mayor parte en Saboya y el Jura, donde es mezclada
con la persán. Un productor realiza un estilo varietal bajo la designación «Vin de Pays d’Allobrogie».
En Argentina, las 18,759 hectáreas de bonarda la convierten en la segunda uva tinta más plantada del
país después de la malbec, y representa el 8% de los viñedos del país.
5 La inmensa mayoría de las
plantaciones están en la región vinícola de Mendoza, pero hay plantaciones significativas de esta variedad
asimismo en La Rioja argentina y en la provincia de San Juan. Aquí la uva es usada para la mezcla
(algunas veces con malbec o con cabernet sauvignon) pero igualmente para realizar un vino varietal que,
según la experta en vinos Jancis Robinson, tiene potencial para tener una alta calidad.
Aunque más de uno se sorprendería al saber que hasta fines del siglo pasado el área cubierta por Bonarda
era superior a las hectáreas del hijo pródigo.
Ahora bien, antes de continuar hagamos una aclaración que todo wine geek sabrá valorar: nuestra Bonarda
no es Bonarda, sino Bonarda Argentina. ¿Qué hay detrás de este juego de palabras? Un historia de
confusiones como las que abundan en el Nuevo Mundo del vino. Introducido por inmigrantes europeos a
finales del siglo xix, este varietal tinto fue por años confundido por los viticultores de origen italiano con la
Bonarda del Piamonte, hasta que en 2009 finalmente se comprobó que se trata de Corbeau Noir, otro
varietal europeo pero originario de Savoia, en los Alpes franceses.
Sin embargo, descubierto el verdadero pedigrí, se le sumó la denominación Argentina, ya que luego de
años de adaptación estas vides poco tienen en común con las de Savoia o Piamonte. Básicamente, dan
vida a vinos muy propios de Mendoza, donde hoy se elaboran diferentes estilos en los que mucho se ha
innovado en los últimos tiempos.
Por todo esto, la Bonarda Argentina es una cepa estratégica para el negocio del vino en el país, tal como
asegura Sebastián Zuccardi, uno de los viticultores jóvenes que más confían en su potencial: “La
importancia de la Bonarda para el paisaje vitícola argentino se evidencia por su adaptabilidad en regiones
calurosas, que a los viticultores convenció de confiar en su cultivo por años”.
Del total de Bonarda Argentina cultivada, el 60% se encuentra en el este de Mendoza, zona cálida ubicada a
unos 700 metros de altura. Aquí el estilo que ofrece es el de un vino jugoso e intenso de perfil balsámico y
frutal. Es siempre fluido y envolvente.


Características enológica


Los vinos producidos de Bonarda tienen una vista rojo rubí intenso con tonos violáceos. En nariz presenta
aromas a frutos rojos, como frutillas, cerezas, frutos negros como moras, algunas veces podemos apreciar
aromas especiados. Mientras que en boca son agradables con cierto dulzor, taninos suaves y bien maduros.


Maridaje


Para acompañar un Bonarda podemos pensar en platos muy parecidos a los que pueden acompañar un Malbec
como vegetales grillados, pastas, legumbres, carnes asadas, mollejas, carne de cerdo, quesos duros y
semiduros; por último y no menos importante, un vino Bonarda acompaña muy bien pizzas, por lo que en
muchos países se lo considera un maridaje informal de pizza wines. El Bonarda no le cuesta encontrar
compañero para su disfrute, se adapta muy bien a las comidas